Cuando tus abuelos, bisabuelos o tus padres
eran niños como tú,
la Cuaresma era un tiempo muy especial,
eran días tristes en que en las iglesias
se tapaban los santos con paños morados,
las señoras iban a Misa con velos negros sobre sus cabezas
y los días viernes no se comía carne por nada del mundo.
Todo esto para no olvidar que Jesús sufrió mucho
y murió por nosotros colgado en una cruz.