Es algo inevitable y fuera de control del ser humano.
A todos nos ha pasado y quien no lo ha sufrido,
mas tarde o mas temprano, lo vivirá.
Cuando esto sucede,
es común que las personas sintamos un vacío interno,
algo nos hace falta.
Recordamos y añoramos a aquella persona.
Quisiéramos que lo que estamos viviendo sea un sueño,
una pesadilla más bien,
y que al despertar la realidad sea muy distinta.
Pero... no es así.
Todos los días nos enfrentamos la ausencia de ese ser
que amábamos y que nos amaba.